En castellano hay un refrán que dice: hacer leña del árbol caído. Pues bien, Nixon, después de dimitir de presidente por el watergate, concede una entrevista, por un buen precio, en la que va ganando en las tres de las cuatro intervenciones, pero, inesperadamente, la noche anterior a la última entrevista, llama, medio bebido, al entrevistador. Eso cambia el rumbo del resultado.